10 mar 2011

Disociad@s

Tengo que reconocer que de psiquiatría no sé mucho, aún siendo un campo de mucho interés para mí. Pero la práctica de la misma de la que he sido testigo me ha desilusionado mucho, por su poca efectividad y criterio. Por eso creo que es especialmente interesante el rescatar textos de gente que ha intentado profundizar, aportar otra mirada, desvelar (y denunciar) la relación entre lo que vivimos a nivel colectivo y lo que sufrimos de manera individualizada. Por ejemplo este texto de Laing:

"Fenómenos mentales y fenómenos sociales: los fenómenos sociales comprenden todas las relaciones que tenemos entre nosotros - las díadas (parejas), los triángulos, las familias y todos los sistemas y relaciones sociales más complejas existentes en la sociedad. (...) Los fenómenos mentales no pueden separarse de los físicos, emocionales, sociales, si no es mediante un fenómeno artificial que consideramos neurótico, psicótico, y que igualmente está programado en nuestra dinámica normal y real.

He advertido repetidas veces lo extraño que resulta el hecho de que este proceso de división sea atribuido, por una parte, a algunas personas como peculiaridad psicopatológica, mientras que, por otra, nada podría definir mejor la práctica y la teoría de gran parte de la psiquiatría y de la medicina (también, naturalmente, de la sociología, etcétera) que ese mismo proceso. Hay una zona enorme de estas materias que es completamente esquizoide. Los procesos son transformados en cosas, son colocados en compartimentos separados, son estudiados aisladamente..."
 

Resulta especialmente revelador este segundo párrafo, por cómo refleja el funcionamiento de esta medicina superespecializada en la que estamos inmersos, en la que desde cada fracción disociada de conocimiento se escuchan unas voces, se ofrece una mirada, se construye todo un mundo en el aire... ¿con qué base, que conexión con la realidad ofrecida por el usuario/paciente? Efectivamente esquizoide este sistema...

Por otro lado, merece la pena leer la entrevista realizada a Guillermo Rendueles (autor, entre otros, del libro Egolatría), para poder abrirse a otros enfoques más amplios e integradores frente a la avalancha de lo "psi" como solución para todo lo que nos sucede. Ahí va un botón de muestra:

"El resto de los trastornos psíquicos -depresiones, angustias, trastornos de personalidad, malestares por estrés- son falsas enfermedades que se etiquetan como tales para individualizar sujetos frágiles para que puedan ser tratados con técnicas que no pongan en cuestión el papel desencadenante de la mala vida urbana que está en la base de sus sufrimientos. Ni el trabajo como lo conocemos, ni las casas de vecinos que articulan nuestras ciudades, ni las familias realmente existentes sobrevivirían sin la toma masiva de ansiolíticos que permiten dormir, levantarse y aguantarnos unos a otros en esa especie de cloaca sobrepoblada en que vivimos. Los procesos de etiquetado y psicologización de esos malestares que permiten sean vividos en privado y no se colectivicen completan el papel apaciguador y distanciador que permiten las categorías psiquiatrizantes y los psicofármacos.

(...)

¿Qué puede hacer un psicólogo, un psiquiatra ante la desesperación de estas personas trabajadoras? ¿Decirles que hagan la revolución?
Puede tratar de encuadrar ese sufrimiento subjetivo en lo impersonal, impidiendo el proceso de individuación o de culpabilización que añade miseria psicológica a la económico-social. Saber que el paro toca como “la lotería al revés” tranquiliza a quién busca causas y remedios psicológicos de su malvivir en su biografía preguntándose qué hice mal. Tratar de crear vínculos no profesionales entre parados, entre personas con sufrimientos etiquetados de depresivo-ansiosos y dar formas de interpretar la angustia-depresión en un marco colectivo que busque agrupar seudoenfermos en redes de apoyo y consumo paralelo pueden ser sugeridas desde las consultas .
Los fundadores de Alcohólicos Anónimos persistieron en beber mientras iban de psicólogo en psiquiatra por todo el mundo. Dejaron de beber y crearon la red de autoayuda más potente del planeta, cuando tomaron conciencia que en la ayuda mutua se podían crear las redes y técnicas que evitan beber. Siempre me ha parecido un ejemplo a seguir .
El movimiento feminista tiene experiencias similares: las de Boston lograron reapropiarse de unos cuerpos mutilados por la ginecología. Tener valor para pensar y actuar desde la experiencia acumulada puede lograrse desde a confesión de impotencia profesional de los psicólogos o psiquiatras si tuviesen honradez para autoevaluar realmente su practica real tan poco eficaz en aliviar el dolor subjetivo."

1 comentario:

  1. Una reflexión interesante. Creo que una lectura especialmente lúcida en la línea de lo que comentas es el "El poder psiquiátrico" de Foucault. Es un texto revelador y, por ello, muy inquietante para los que nos dedicamos a eso de la psiquiatría.

    Un saludo.

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