1 abr 2024

Para no perder el rumbo de la Acción Comunitaria en salud

¿Qué es y qué no es la Acción Comunitaria en Salud? ¿Cómo construir de manera colectiva las condiciones y contextos que nos permiten ganar salud no sólo a nivel individual, sino con una perspectiva amplia abierta a toda la comunidad (o a las diferentes comunidades, pero bueno, ese es otro debate). 

Releo estas preguntas y me vuelvo a encontrar con lo que ya hace 13 años me empujó a poner en marcha este blog, y que de manera irregular sigo tratando de recoger en él: la búsqueda de cómo avanzar hacia una visión más completa y compleja de la salud, que salga de la visión individualista que sigue primando hoy en día y que incorpore las evidencias cada vez más contrastadas del importante papel de lo colectivo y lo comunitario en la construcción de la salud.

En estos años he tenido la suerte de haber podido ir aprendiendo al lado de muchas personas referentes en salud comunitaria en España, y leyendo a muchas de otros lugares, especialmente de América Latina y Reino Unido. Mucho de todo lo aprendido lo volcamos en la el documento "Acción Comunitaria para ganar salud", en el que tratamos de recoger y poner al día las claves y el saber acumulado por tantas personas y grupos diversos a lo largo de las últimas décadas. También participé en la coordinación de un proyecto que profundizó en cómo abordar estas cuestiones en contextos de pobreza y exclusión, y del que recogimos muchos aprendizajes en "Tejiendo Salud, Guía para la Acción Colectiva desde realidades de pobreza".

Y, sin embargo, todo lo leído y escrito vuelve a tropezar con la práctica diaria. En el día a día muchas veces no es fácil, entre las prisas cotidianas y las demandas y exigencias que aparecen por doquier, centrar el paso para avanzar de verdad en una dinámica de salud comunitaria. A veces no es fácil saber si lo que haces de verdad construye más allá de lo inmediato, ni encontrar el tiempo para revisar y evaluar con cuidado los pasos.

Por eso, aunque no sea la panacea ni una respuesta universal frente a estas dificultades, me lanzo a compartir un par de herramientas. Son dos de brújulas que, como tales, lo que buscan es permitirnos no perder el paso ni el horizonte, ayudándonos a mantener la mirada en dos aspectos fundamentales de la acción comunitaria: la participación y los cambios que se busca generar. La idea es que estas brújulas sean compañeras de camino a lo largo de los diferentes procesos con dimensión comunitaria en los que nos impliquemos, y no solo una herramienta para planificar al principio o evaluar al final de los mismos.

a) Brújula de Participación. Nos permite abordar la perspectiva de la participación y la equidad, buscando los medios para llegar al conjunto de la población teniendo en cuenta la diversidad de realidades existentes. 




Hay tres dimensiones importantes en relación a la participación, cuyos niveles alcanzados pueden señalarse en el gráfico de la brújula, dibujando así un área triangular:
  • el grado de interacción: intercambio de información e influencia en la toma de decisiones de las distintas personas o grupos participantes.
  • el alcance: número de personas implicadas.
  • la amplitud: diversidad de personas y grupos que participan en relación a sus perfiles socioeconómicos, culturales y al tipo de conocimientos que aportan al proceso (académicos, prácticos, vivenciales).
b) Brújula de Horizontes de transformación. La acción comunitaria busca un triple efecto transformador: a) mejorar las condiciones de vida; b) reforzar los vínculos y la cohesión social; c) potenciar las capacidades de acción individual y colectiva. Estos cambios buscados se pueden dar en diferentes campos y, en ese sentido, puede ser útil el marco que proporciona la Carta de Otawa al señalar cinco estrategias para la promoción de la salud: la elaboración de una política pública favorable a la salud, la creación de entornos propicios, el reforzamiento de la acción comunitaria, el desarrollo de aptitudes personales y la reorientación de los servicios de salud.




En esta propuesta, la idea es dibujar el área de transformación que se abre con cada una de las acciones que estemos desarrollando, señalando la capacidad de incidencia en cada uno de los cinco campos (0- ninguna, 1- escasa, 2- bastante, 3- mucha). Esto nos puede ayudar a encuadrar mejor el horizonte de transformaciones posibles, así como la búsqueda de alianzas y herramientas específicas en función de estos. 

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Como decía Machado, se hace camino al andar... pero el andar comunitario en salud no se hace de cualquier manera, sino que es importante no perder el norte de con quién lo hacemos y qué buscamos. Ojalá estas dos brújulas puedan darnos alguna pista para ello.