30 sept 2014

Suma contra la exclusión sanitaria

Ahora ya es posible sumarse a este manifiesto a título personal, ¡anímate!

Más de 60 organizaciones y plataformas de los ámbitos social, profesional y científico de todo el país, suscriben el Manifiesto, Contra la exclusión sanitaria, en defensa de la sanidad universal. Un manifiesto que coinciden con el segundo aniverario de la entrada en vigor del RDL 16/2012 de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones.


CONTRA LA EXCLUSIÓN SANITARIA, EN DEFENSA DE LA SANIDAD UNIVERSAL

Cuando se cumplen dos años de la entrada en vigor del RDL 16/2012, sesenta y tres organizaciones y plataformas de los ámbitos social, profesional y científico, denuncian los impactos del mismo y el incumplimiento por parte de l Gobierno Español de la legislación internacional de derechos humanos.

En Abril de 2012 el Gobierno aprobó el Real Decreto Ley 16/2012, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones (en adelante RDL). Con este RDL la asistencia sanitaria dejó de ser un derecho de todas las personas, y pasó a ser una prestación vinculada a la condición administrativa de asegurado. Además se restringen ciertas prestaciones y se aumenta la carga económica directa para las personas. Dos años después el balance no puede ser más negativo:

  • Tras la aplicación del RDL, al menos 873000 personas en España perdieron el derecho a la asistencia sanitaria, según cifras del propio Gobierno. Hablamos de una población especialmente vulnerable y que debería gozar de medidas de protección sociosanitarias. Hay que apuntar además, que se trata de un colectivo que, al igual que todo ciudadano viene contribuyendo a su financiación mediante los impuestos.
  • La diferente aplicación del RDL por las Comunidades Autónomas (CCAA) y la disparidad de criterios en la aplicación de la normativa por parte de los centros sanitarios ha deteriorado aún más la cohesión territorial en el Sistema Nacional de Salud, y ha convertido el acceso a la atención sanitaria en un auténtico laberinto administrativo.
  • Incluso en aquellos supuestos en los que el RDL reconoce el derecho a la atención (embarazadas, menores, atención de urgencias...) se han originado numerosos casos de desatención, sin que, hasta la fecha, se haya tomado ninguna iniciativa para atajar estos incumplimientos.
  • El desplazar la atención a las urgencias (si ésta se logra) genera retraso diagnóstico y agravamiento de las patologías, lo que supone un aumento del gasto sanitario para su atención. Estudios en otros países han demostrado que medidas de exclusión sanitaria similares han generado un gasto hasta cuatro veces mayor del que costaría con una atención inclusiva.
  • La exigencia de firma de compromisos de pago, la facturación indebida de la atención en urgencias y otros impedimentos para el acceso al sistema sanitario, han generando un efecto disuasorio y una ruptura de la continuidad asistencial, que está poniendo en grave riesgo la salud y la vida de las personas, tal como organizaciones medicas han evidenciado en los fallecimientos de Alpha Pam en Mallorca, Soledad Torrico en Valencia y Janneth Beltrán en Toledo.
  • A pesar de que algunas CCAA emitieron instrucciones para asegurar asistencia sanitaria para toda la población en los supuestos de salud pública, el citado RDL sienta las bases para que se produzca un retroceso en los programas de prevención, vigilancia y control de enfermedades tanto transmisibles como no transmisibles. Las dificultades de acceso de sectores de población a las medidas propuestas para evitar la aparición de nuevos casos y/o el control de brotes epidémicos (vacunación, quimioprofilaxis o inmunoprofilaxis, aislamiento, diagnóstico o tratamiento), tiene repercusiones no sólo en el ámbito individual sino también en la salud colectiva.
  • En un contexto de incremento de la desigualdad económica (en los cuatro años iniciales de la crisis, la desigualdad en los ingresos creció en la misma medida que se había logrado reducir en los veintidós años previos) el encarecimiento del acceso a determinadas prestaciones y medicamentos, y la exclusión sanitaria de las personas más vulnerables, provocados por la promulgación del RDL, ha generado un incremento relevante de las desigualdades en salud, como empieza a demostrarse en algunas CCAA. Está demostrado que el incremento en la desigualdad de ingresos produce un aumento de problemas de salud, un peor uso de los medicamentos y un incremento general del sufrimiento.
  • Resulta preocupante el posible impacto de género del RDL, dados los crecientes obstáculos que están encontrando las mujeres migrantes a quien es se les ha retirado la tarjeta sanitaria, lo que dificulta la detección de casos de violencia de género, así como la adecuada asistencia en casos de violencia sexual. En el caso de las víctimas de trata de seres humanos se limita el acceso a quienes se les otorga el periodo de restablecimiento y reflexión, mientras que a la mayoría no se les reconoce el derecho a la asistencia sanitaria. De igual manera, conviene recordar que son las mujeres el colectivo mayoritariamente afectado por la desigualdad económica.
  • Varios organismos de Naciones Unidas y del Consejo de Europa han subrayado que esta reforma contraviene estándares internacionales de derechos humanos. Han dirigido numerosas recomendaciones al Gobierno español instándole a garantizar el acceso a la atención sanitaria de las personas migrantes, independientemente de su situación administrativa. Asimismo, le han pedido que evalúe el impacto de la reforma sanitaria en términos de derechos humanos, y le han recordado que las normas de derechos humanos no pueden ser ignoradas por las presiones fiscales. Hasta la fecha el Gobierno no ha cumplido ninguna de estas recomendaciones.
  • Por su parte, el Tribunal Constitucional en dos autos afirma que “el derecho a la salud y el derecho a la integridad física de las personas afectadas..., así como la conveniencia de evitar riesgos para la salud del conjunto de la sociedad, poseen una importancia singular en el marco constitucional, que no puede verse desvirtuada por la mera consideración de un eventual Ahorro económico que no ha podido ser concretado”. Efectivamente, antes de implantar el RDL no se analizó ni comunicó con claridad el ahorro que iba a suponer y hasta la fecha no se ha publicado ningún cálculo al respecto.

29 sept 2014

Yo Sí Sanidad Universal al aparato

Interesante carta aparecida hace unos días en eldiario.es

Yo Sí Sanidad Universal: A los profesionales de la sanidad, con el deseo de caminar a su lado



Hasta que comencé a participar en el colectivo Yo Sí Sanidad Universal, para mí los profesionales que trabajan en sanidad (los sanitarios y los no sanitarios) estaban al otro lado de la barrera: detrás del mostrador, detrás de la mesa, transitando por caminos muy diferentes a los míos y con los que yo me cruzaba sólo cuando me sentía enferma.

Después conocí que hay un sinfín de literatura y práctica sobre el papel del paciente en la sanidad. Pero cuando empecé a ir a los centros junto con personas a la que les habían quitado la tarjeta sanitaria, con el objetivo de acompañar a los profesionales para que pudieran atender, me di cuenta de que estábamos haciendo algo más: intentando que confluyeran la necesidad de atención con la obligación y las ganas de prestarla y con la determinación de no perder la universalidad de nuestro sistema sanitario. Experimenté qué ocurre cuando el paciente dice cosas no sólo sobre su enfermedad, sino sobre el propio sistema sanitario y lo hace desde su lugar, igual que lo deberían poder hacer los profesionales sanitarios y los no sanitarios desde el suyo. Porque, ahora lo sé, todo, absolutamente todo es sanidad pública y tiene su peso en la salud de esa persona, desde cómo la das de alta en el sistema informático hasta que pone el pie en la calle tras el alta médica.

La idea, pues, era caminar juntas un poco, las usuarias y usuarios y los profesionales sanitarios y no sanitarios. Tal y como se caminó por las calles de Madrid en la Marea Blanca. Sin embargo, en los acompañamientos, en muchas ocasiones encontramos hostilidad, desentendimiento, confusión, miedo. ¿Qué nos mantiene por caminos tan separados? Influyen las órdenes orales, la desinformación, las viejas rutinas colisionando con nuevas realidades en un entorno en el que “efectividad” significa “ahorro” que significa “gastar” lo menos posible que acaba significando dejar fuera a algunas personas. Pero pienso que, teniendo en cuenta todo eso, es urgente preguntarse si no hay una lógica penetrando en el sistema sanitario a través de pequeñas decisiones que tomamos cada día. Una lógica que coloca criterios económicos por encima de criterios de salud. Eso que no nos gusta de los planes privatizadores.

Es posible que triunfe la lógica de no atender a las personas sin tarjeta. En Yo Sí Sanidad Universal hemos comprobado y denunciado que la forma de aplicación de este decreto se ha concretado en negar o intentar cobrar o efectivamente cobrar la asistencia a personas que tienen derecho a ella. Si es así, si gana la lógica del “no”, me hago una pregunta: ¿cuándo sucederá que, tras una muerte como la de Soledad Torrico, Alpha Pam o Jeanneth Beltrán, recaiga sobre los profesionales una sentencia condenatoria? No pregunto si esto sucederá, pregunto cuándo.

En nuestros contactos con la administración del SERMAS (Servicio Madrileño de Salud), los responsables siempre han reconocido, mostrando sorpresa, que se dan irregularidades e incluso nos solicitaron un informe con los nombres de los centros donde se daban. Igual que el decreto responde a una lógica que individualiza la salud y al mismo tiempo el dolor y la exclusión, los responsables de pergeñarlo y aplicarlo individualizan la responsabilidad (también jurídica) en los profesionales.

No sugiero que “hay que guardarse las espaldas” porque la gente acabará denunciando. Muy al contrario, mi deseo es poder transmitir al menos un ápice de las inmensas ganas que tenemos de poder caminar juntas con vosotras, las profesionales de la sanidad pública. Porque en todo este tiempo han muerto personas por culpa del decreto de exclusión sanitaria. Si no podemos permitir que la lógica del dinero domine el sistema sanitario, aún menos debemos asumir otra, la que dice que unas muertes importan menos que otras. O que algunas muertes son inevitables por razones burocráticas o económicas. Y donde digo muerte digo enfermedad o malestar.

No se trata de abusar, aprovecharse del sistema o burlar nada. Se trata de construir contra lógicas que ganen en la carrera a lo que parece empezar a transitar por nuestro sistema sanitario, eso que no nos gusta y que individualiza, que privatiza, que divide, que estratifica, que excluye. Y esto sólo se puede hacer si caminamos juntas.

Marta Pérez, Yo Sí Sanidad Universal

25 sept 2014

Donde esté la industria, que se quite la salud

La verdad es que me deja de piedra ver noticias como esta:

"La “nueva” Comisión Europea de Jean Claude Juncker, ha quitado a la Dirección General de Salud y Consumo el control de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) para dárselo a la de Empresa e Industria, dependiente de la comisaría de Mercado Interno, Industria, Emprendedores y Pymes."


Aunque a mismo tiempo hay que agradecer la coherencia y lo clarificador que resulta el asunto para entender qué es lo que está en juego en el campo sanitario: recuperar el control de los procesos terapéuticos de manera que se enfoquen de verdad a atender las necesidades y promover la salud de quienes acuden a la consulta, para no terminar siendo dispensarios automáticos de beneficios para las farmacéuticas.

Tema complicado este, porque aunque el profesional quiera recuperar el dominio de los procesos y racionalizar sus actuaciones, muchas veces se encuentra con la resistencia de la persona que acude a él/ella, que en realidad en esos casos suele saber bastante bien lo que quiere: un medicamento "bueno" y no "esos genéricos"; una solución rápida o al menos una remisión de la sintomatología de manera fácil y sin compromisos; un acceso, en definitiva, a esos bienes comerciales que la industria farmacéutica consigue hacernos pasar como imprescindibles para una protección y recuperación de la salud perdida.

Pues sí, va a ser que esto de los medicamentos y la salud (desde el punto de vista organizativo), tiene más que ver con el mundo empresarial e industrial.

Gracias, Junker y compañía, por ayudarnos a situar mejor las cosas.

22 sept 2014

¿Quién lo merece?

Hoy en la marea blanca hemos estado caminando prácticamente todo el rato delante la plataforma de afectadxs por la Hepatitis C. Era llamativo el cabreo que tenían, como demostraban a través de constantes comparaciones y algunos comentarios hirientes, por las "misiones de salvamento" realizadas a los sacerdotes infectados por el ébola, propias de un sistema al que no le importa gastar lo que haga falta por salvar una vida; mientras tanto, a ellxs se les dice que este mismo sistema no da de sí como para poder pagar el tratamiento de su enfermedad crónica y de pronóstico bien negro, no solo por su mortalidad, sino por el sufrimiento que conlleva durante los años previos a ella (en parte generado por los medicamentos usados hasta ahora, no muy eficaces en acabar con la infección pero si en generar efectos secundarios muy importantes).

Esta situación me recordaba el artículo aparecido hace ya unos días en médico crítico, cuando se abordaba la diferencia de valor que marcamos entre las vidas contadas estadísticamente y las vidas "identificadas". Aunque pensándolo mejor, en realidad el problema en el caso de la Hepatitis C no es por falta de identificación, sino más bien al contrario, por exceso de identificación y relación con un estereotipo: para muchxs, el que tiene la Hepatitis C es porque habrá tenido (y puede que se siga teniendo) comportamientos de riesgo o malos hábitos, como los queramos llamar, en relación a drogas principalmente. De esta categorización escapan quienes han contraído la enfermedad por transfusiones sanguíneas realizadas antes de que se supiera detectar el virus en la sangre. Y en algunos casos se llega a marcar tanto la diferencia que se pide explícitamente que el tratamiento se financie para aquellxs infectadxs "no culpables", dejando a lxs demás de lado, como si fuera de hecho su penitencia por su mal comportamiento.

Todo esto se complementa con los discursos y loas en honor de la vida entregada de los misioneros infectados, queriendo así justificar el que ahora se dispongan para ellos todos los medios a nuestro alcance.

¿Es este el sistema sanitario y de cuidados que queremos? ¿Uno que se constituye en juez y administrador de penitencias, bien sea para limitarlas o para reforzarlas según lo que cada unx merezca?

Mal asunto este... Menos mal que sigue habiendo reflexiones sensatas y coherentes sobre este asunto, de nuevo de parte de J. Padilla.

13 sept 2014

21S - Marea Blanca contra la exclusión sanitaria

La marea blanca continúa, incansable, afinando cada vez mejor para denunciar las claves de la injusticia. ¡No podemos faltar el próximo domingo!

9 sept 2014

Epigenética y desigualdades en salud

Podría darle más vueltas al tema, pero imposible ser más claro que Rafa Cofiño en los siguientes posts que ha publicado en Salud Comunitaria. Así que por si alguien no los ha leído todavía, acá dejo los enlaces. Imprescindible:

1. Epigenética, determinantes sociales de la salud y salutogénesis: introducción
2. Los determinantes sociales de la salud y la causalidad social
3. Las causas de las causas (again)
4. Epigenética, aspectos generales
5. Epigenética, la narrativa de los barrios en nuestros cuerpos

Y si a alguien se le ocurre algo que aportar, añadir o comentar, vía libre. Yo por ahora todavía estoy digiriendo la información acumulada.