El consultocentrismo es un
enfoque predominante en el tratamiento de los enfermos diabéticos, que
entiende que los problemas derivados del curso de la enfermedad, así
como su control, pueden resolverse en las consultas de revisión, en las
que los médicos tienen una preponderancia absoluta. El más allá es la
vida del enfermo, cuando, después de la consulta, se enfrenta a su
cotidianeidad, en la que se suceden eventos recurrentes, que exigen su
sacrificio y disciplina renovada, así como la aparición inesperada de
pequeños acontecimientos que alteran su precario equilibrio cotidiano y
de su estado de salud. Asimismo, los sistemas humanos en los que se
integra su vida.
El consultocentrismo entiende a los enfermos como seres mecánicos, homologados por la enfermedad, así como por las variables que los definen, y cuyas vidas son reductibles a un pequeño conjunto de prescripciones sencillas. Pero en las vidas las cosas no son tan simples ni tan homologables como los páncreas y sus problemas. En ellas es preciso abstenerse permanentemente en las situaciones que desafían las restricciones exigidas por el tratamiento de la enfermedad. Cuando se producen transgresiones, es preciso que no se acumulen sus efectos y saber recuperarse, penosamente en no pocas ocasiones.
Todos los cálculos permanentes, acerca de los sucesos que se presentan en el curso del tiempo y las variaciones de los estados del enfermo, que en estas páginas he llamado la “contabilidad de la vida”, se encuentran minimizados, diluidos, y en la mayoría de los casos excluidos, de las comunicaciones que se producen en la consulta. Esta se focaliza a las cifras obtenidas en las pruebas, que se interpretan mediante la comparación con los promedios estándar y con las anteriores mediciones. Cuando los resultados son considerados deficientes, se recurre a un gradiente de conminaciones cuyo máximo grado es la riña, acompañada de medidas de intensificación del tratamiento farmacológico, así como de la vigilancia más estrecha del enfermo.
Del consultocentrismo se deriva el hecho de que los enfermos son transformados en series de datos multidimensionales que alimentan múltiples investigaciones recurrentes, que se reproducen sin fin. Así, el enfermo es transformado en un numerador, en tanto que sus series de datos son interpretadas en función del denominador, que representa la totalidad del grupo registrado.
El consultocentrismo entiende a los enfermos como seres mecánicos, homologados por la enfermedad, así como por las variables que los definen, y cuyas vidas son reductibles a un pequeño conjunto de prescripciones sencillas. Pero en las vidas las cosas no son tan simples ni tan homologables como los páncreas y sus problemas. En ellas es preciso abstenerse permanentemente en las situaciones que desafían las restricciones exigidas por el tratamiento de la enfermedad. Cuando se producen transgresiones, es preciso que no se acumulen sus efectos y saber recuperarse, penosamente en no pocas ocasiones.
Todos los cálculos permanentes, acerca de los sucesos que se presentan en el curso del tiempo y las variaciones de los estados del enfermo, que en estas páginas he llamado la “contabilidad de la vida”, se encuentran minimizados, diluidos, y en la mayoría de los casos excluidos, de las comunicaciones que se producen en la consulta. Esta se focaliza a las cifras obtenidas en las pruebas, que se interpretan mediante la comparación con los promedios estándar y con las anteriores mediciones. Cuando los resultados son considerados deficientes, se recurre a un gradiente de conminaciones cuyo máximo grado es la riña, acompañada de medidas de intensificación del tratamiento farmacológico, así como de la vigilancia más estrecha del enfermo.
Del consultocentrismo se deriva el hecho de que los enfermos son transformados en series de datos multidimensionales que alimentan múltiples investigaciones recurrentes, que se reproducen sin fin. Así, el enfermo es transformado en un numerador, en tanto que sus series de datos son interpretadas en función del denominador, que representa la totalidad del grupo registrado.