Otra tarde más en la que las citas en la consulta del centro de salud se multiplican y desbordan las horas. Una tarde más en la que toca demorar lo que se supone que puede esperar. Hace unos días, tuve una llamada telefónica en la que una mujer mayor me empezó a comentar sobre sus dolores y sobre los problemas de demencia de su marido. Alguna vez la había visto en la consulta, pero poco recordaba de ella, y dado lo complicado que parecía poder traer a su pareja al centro de salud le propuse ir a verles a su domicilio otro día. Hoy era el día. Pero ya no da tiempo. Llamo a su hija para proponerle ir al día siguiente. Me dice que de acuerdo, pero que no la retrase más, que su madre necesita que la vea.