No merece la pena seguir en la guerra de cifras, datos o evidencias científicas. No están dispuestos a escucharlas, no entran en ese diálogo, sino que siguen con su discurso propio y su mundo de ilusión y fantasía, construido sobre sacrificios ajenos, anhelante de nuevos lugares a conquistar
Nosotr@s, por nuestro lado, no podemos renunciar a nuestra dignidad, a nuestra capacidad de construir junt@s. A partir de ahí es donde creamos nuestro propio campo compartido de posibles. Centrémonos en ello, esta es nuestra gran riqueza. Defendamos nuestro patrimonio, "nuestros comunes", pero no al estilo numantino, sino creando y recreando, buscando las grietas que nos permitan escapar hacia nuevos territorios cada vez más amplios.
Mejor que yo lo cuenta la gente de Madrilonia:
"No hay escucha posible, porque escuchar implicaría aceptar la
demanda que pide paralizar el expolio y repensar el modelo. Y eso es,
para quienes gestionan la política institucional algo absolutamente
imposible.
(...)
La respuesta es la recomposición del lazo social, la confianza
depositada lejos del poder institucional y recolocada entre nosotros y
nosotras, entre la gente. Los vínculos que se producen y que ya
vislumbran nuevas instituciones, nuevas maneras de relacionarnos.
Luchamos contra ellos haciendo sociedad. Evitamos el desastre haciendo
sociedad. Resistimos haciendo sociedad."
Algun@s han lanzado ya una propuesta para narrar este viaje conjunto hacia nuevos lugares: vayámonos a eXpaña.
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