En algunos medios de comunicación se han hecho eco de la controversia suscitada en Francia por la publicación por parte de dos personalidades reconocidas (un célebre profesor, urólogo, diputado y ex-ministro del partido conservador Unión
por un Movimiento Popular (Bernard Debré) y el director del prestigioso
Instituto Necker y antiguo Decano de la Facultad de Medicina de París
(Philippe Even))de una "Guía de los medicamentos útiles, inútiles o peligrosos". El libro regala jugosos titulares, como que el 50% de los medicamentes disponibles en Francia son inutiles, el 20% no son bien tolerados y hay un 5% por ciento potencialmente peligrosos. En realidad no es algo que no se haya dicho antes, pero si que es interesante el eco que se ha producido por venir de dos personas "del sistema".
Sería interesante que esto permitiera tomar en serio la propuesta que hacen los autores del libro: Es urgente hacer una “gran limpieza”
en las farmacias francesas, desterrar productos inútiles,
salir al paso de presuntos medicamentos que pueden ser peligros y,
finalmente, recordar a los poderes públicos que todo ese desorden
también tiene un costo muy gravoso para la economía nacional.
Mientras tanto, en España se plantea que para hacer sostenible el sistema sanitario (como si no lo fuera) hay que "limpiarlo" de inmigrantes no regularizados (que aparte de la inmoralidad del asunto, genera un suspuesto ahorro ridiculo si lo enfrentamos con el que sería posible si se planteara en serio el uso eficiente de medicamentos), mientras que los criterios utilizados para sacar algunos de los fármacos excluidos últimamente de la financiación pública chocan frontalmente con la evidencia científica.
Así están las cosas, aunque no nos las cuenten en voz alta...
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