"La salud es un derecho de carácter público, un bien común, ni estatal ni corporativo -¡de todos!- que tenemos el deber de promover.
La autogestión de la salud es una aspiración justa y necesaria para el conjunto de la sociedad que requiere acciones para desarrollar centros de salud a la altura de este objetivo. La salud no puede ser un negocio, por lo tanto, nuestras conciencias tampoco puede ser mercancías al servicio de los estados, las farmacéuticas y el resto del sistema sanitario.
No podemos obviar la importante lucha que se está desarrollando en el seno de la salud pública contra el camino que ha emprendido el poder hacia la rentabilidad de la salud mediante la reconversión de lo público en privado. No obstante, la lucha no debe ser únicamente por la recuperación de un puesto de trabajo o de un hospital privatizado. Es necesaria otra salud, un nuevo paradigma entorno a la salud que abra el camino para el desarrollo de un sistema de salud al margen del modelo hegemónico.
La autogestión de la salud es una aspiración justa y necesaria para el conjunto de la sociedad que requiere acciones para desarrollar centros de salud a la altura de este objetivo. La salud no puede ser un negocio, por lo tanto, nuestras conciencias tampoco puede ser mercancías al servicio de los estados, las farmacéuticas y el resto del sistema sanitario.
No podemos obviar la importante lucha que se está desarrollando en el seno de la salud pública contra el camino que ha emprendido el poder hacia la rentabilidad de la salud mediante la reconversión de lo público en privado. No obstante, la lucha no debe ser únicamente por la recuperación de un puesto de trabajo o de un hospital privatizado. Es necesaria otra salud, un nuevo paradigma entorno a la salud que abra el camino para el desarrollo de un sistema de salud al margen del modelo hegemónico.
La salud pública cooperativista surge de los fundamentos históricos del movimiento popular en defensa de la salud como un derecho."
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