Ha aparecido en algunos medios, pero sin que se le prestara la atención que creo que merece un asunto así. Se trata del escándalo del Hospital de Stanfford, en Reino Unido (referencia tanto antes como ahora respecto a los procesos de construcción y deconstrucción del sistema sanitario en nuestro país). Bajo el paraguas del control de los gastos, los cuidados y la dignidad de los pacientes quedaron en un segundo plano, con los consiguientes efectos sobre la salud de estos (se calcula un exceso de mortalidad en este hospital de entre 400 y 1200 personas).
Ahora algunos dan un paso al frente y piden perdón por lo ocurrido, y se habla de aumentar las inspecciones para que algo así no vuelva a ocurrir. Pero mientras se siga enfocando el debate de la sanidad en torno al control del gasto en vez de priorizar medidas que de verdad protejan y promuevan la salud de todas las personas (lo cual, por otro lado, no sería ni mucho menos tan caro como el sistema actual, encerrado en el circulo vicioso de la enfermedad), hechos así serán posibles. Desde muchos lados se va generando consenso en torno a "lo fundamental" que es la dimensión económica. O se plantea como dicotomía clave la de público/privado, pero sin que ninguna de estas dos variables consiga liberarse del yugo económico ¿Hasta cuándo estamos dispuest@s a creernos esta patraña para poder empezar a hacernos las preguntas de verdad esenciales cuando hablamos de salud, de enfermedad, de vida y de muerte?
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