Del e-patient al p-patient... o el periplo del error de foco
El p-patient (poor-patient) es un tipo de paciente muy frecuente en nuestras consultas del centro de salud y hospitales, pero lo será mucho más en los próximos años. El tipo de consultas más frecuentes en el p-patient suelen estar relacionadas con afecciones cardiovasculares, trastornos por somatización y consultas encuadrables dentro del ámbito de lo psicosocial.
El p-patient no demanda relacionarse con su médico por correo electrónico ni que la consejería de salud de su comunidad autónoma se gaste chorrocientos mil euros en redes sociales de pacientes o plataformas virtuales que lo empoderen. En realidad el p-patient en muchas ocasiones no sabrá siquiera deletrear la palabra “empoderar”.
Al p-patient no se le organizan congresos o jornadas, no se le escriben libros y ninguno de ellos se convertirá en un conferenciante de éxito. Lo más que logrará algún p-patient será encontrar un médico que entienda qué es lo que se esconde detrás de sus dolencias (e incluso delante). Lo más que se logrará para los p-patients será bajar la tasa de paro, remodelar edificios de 8 plantas sin ascensor o subir el salario mínimo interprofesional.
¿Que hay que prestarle atención también al e-patient (paciente que usa internet)? No me cabe duda, pero las diferentes atenciones que se le prestan a unos pacientes (e-patients) y a otros (p-patients) me hacen ver que seguimos fomentando un modelo de sistema sanitario que tapa más a quien menos frío tiene.
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