Por su interés, copio este artículo encontrado en el blog de Rafa Bravo:
Nuevas y llamativas evidencias de inequidad de acceso a la asistencia médica por motivos económicos
por Carlos García Marco. Médico Inspector de la Seguridad Social
Es sabido que la equidad horizontal de acceso a la asistencia
médica, es decir, el que los enfermos reciban igual nivel de servicios
ante igual grado de necesidad clínica, al margen de cuan desigual sea
su edad, renta, etc.., constituye un elemento clave de la cohesión y
confianza social de un país, máxime en momentos de crisis como el que
atravesamos.
En el caso de España, la equidad es valorada por la opinión pública
como uno de los atributos del sistema sanitario (público y privado). Sin
embargo, una reciente comparación
internacional efectuada por la OCDE posiciona a la España del 2009
entre los países con mayor grado de inequidad pro-ricos en la
utilización de servicios médicos especializados y de dentistas. Algo que
ya apuntaban estudios previos, en especial otro realizado con la misma metodología y datos del año 2000.
Para llegar a estos resultados, los autores calculan, con datos de
encuestas poblacionales, la probabilidad y frecuencia de visitas al
médico (general y especialista), al dentista y realización de pruebas de
screening con mamografías y papanicolau, obteniendo el índice C de desigualdad
según nivel de renta : de -1 a +1, cifra ésta que expresaría máxima
desigualdad pro-ricos. En las consultas médicas, obtienen el índice H de inequidad
ajustando los indicadores de desigualdad según el grado de necesidad
clínica (edad, género, salud percibida y limitación de actividad), de
forma que si el intervalo de confianza de H queda por encima del 0
implica inequidad pro-ricos significativa (a su vez, multiplicando H por
75 se obtiene el % de consultas a redistribuir).
Dicho ésto, paso a ilustrar los resultados alcanzados en los diferentes ítems:
Inequidad en la utilización de consultas de medicina general:
La generalidad de los países, y España entre ellos, muestran
desigualdad pro-pobres tanto en probabilidad como en frecuencia de
utilización de este tipo de consultas, si bien cuando se ajustan datos
por necesidad y se obtienen los intervalos de los índices H, no se
observan inequidades significativas en la mayoría de los países.
Inequidad en la utilización de consultas de médicos especialistas:
La utilización de este tipo de servicios muestra en casi todos los
países un patrón pro-ricos, que se mantiene al obtener los índices H de
inequidad, cuyos valores en el caso de España y en lo relativo a
frecuencia de consultas médicas serían los más inequitativos de la OCDE
(los autores no han podido obtener datos de USA y Alemania), hasta el
punto de que habría que redistribuir de ricos a pobres el 14,7 % de
todas las consultas especializadas hispanas, para lograr la equidad.
Desigualdades en la utilización del dentista y de pruebas de screening con mamografía y papanicolau:
El índice C de acceso al dentista muestra
desigualdad pro-ricos en casi todos los países, que en lo referente a
España y en frecuencia de consultas al dentista alcanza cifras máximas
sólo superados por USA, de modo y manera que habría que redistribuir de
ricos a pobres el 11,3% de dichas consultas para conseguir una
distribución equitativa. Por el contrario, no se observan desigualdades
económicas en el acceso a la mamografía, pero sí en el uso del
papanicolau.
Con respecto a las causas de tantas y tan graves desigualdades e
inequidades, los autores no encuentran una explicación, si bien es
probable que los elevados índices registrados en España tengan relación
con el acceso directo y gratuito al médico especialista (sin pasar por
el médico de cabecera) practicado frecuentemente por las clases sociales
más favorecidas y propiciado por la tenencia de seguros médicos
privados. Una cobertura privada que es utilizada de forma teóricamente
alternativa al SNS (mutualidades de funcionarios, …) o suplementaria a
éste, previas compras realizadas por una miscelánea de agentes sometidos
a escaso control social, pese a sufragarse con cargo a diferentes
partidas presupuestarias. Lo que contrasta con el modelo financiero
“single-payer” aplicado a la población cubierta por SNS, cuyos
constantes recortes presupuestarios estarían contribuyendo a
retroalimentar el modelo de dualización asistencial descrito.
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