Luis Palomo publica una interesante y contundente reflexión en Salud 2000 sobre la necesidad de asumir una postura clara y apostar en lo concreto por la Salud Pública, especialmente en estos momentos de reajustes socio-económicos que tanto impacto tiene en la salud. Echo en falta que no cuestione el papel que juega el rol de "profesional" respecto a la participación y transformación social. Ahí van algunas perlas:
"- Es más convincente medir el progreso por la reducción de las privaciones de los pobres que por el enriquecimiento aún mayor de los opulentos.
- La salud pública ha visto rebajada su estructura orgánica y ha perdido influencia técnica y política.
- Los profesionales de la salud pública no pueden quedarse encerrados en la obediencia debida a la autoridad ni en la disensión especulativa.
(...)
Los profesionales de la salud pueden hacer mucho por reducir las desigualdades. Los médicos generalistas ingleses afirman que puede lograrse mucha salud con medidas fiscales y legales; que, en ocasiones, los servicios médicos incrementan la desigualdad; que los copagos aumentan la desigualdad; que la buena práctica clínica tiene impacto en la salud pública, y que se necesita investigación tendente a mejorar la prestación de servicios para no incrementar la desigualdad en salud. Otros autores enuncian actuaciones que pueden reducir las desigualdades, entre otras, aceptar que las desigualdades existen, y que son un problema de salud importante; admitir que como cualquier aspecto que afecta a la salud, independientemente de su origen biológico o social, incumbe al terreno profesional de la medicina; admitir y reconocer la naturaleza complementaria del sector de los cuidados informales de salud y su papel en mejorar las desigualdades en salud; desarrollar una práctica clínica sensible a las clases sociales, al género y a la raza; examinar qué asistencia sanitaria y qué protocolos pueden reducir las desigualdades en salud; emprender investigación cualitativa para comprender mejor los efectos del proceso de estratificación social y sus consecuencias en la práctica clínica; emprender investigación cuantitativa (ensayos clínicos) para conocer el efecto potencial de las intervenciones destinadas a reducir las desigualdades; participar en iniciativas de mejora de la salud en el entorno doméstico, escuelas, ciudades y espacios públicos; no olvidar que los médicos en su práctica pueden producir sesgos de género (mayor esfuerzo terapéutico en los hombres que en las mujeres ante los mismos problemas de salud), y aprender cómo se desarrollan alianzas con los medios de comunicación, para colocar los resultados de las desigualdades de salud en las agendas políticas y sociales."
Descargar artículo completo
No hay comentarios:
Publicar un comentario