En estos tiempos de globalización y búsqueda de localizaciones donde la producción pueda rendir máximos beneficios, también las grandes farmacéuticas han encontrado la manera de aprovechar las condiciones de pobreza y las dificultades de acceso a la salud de la población para realizar ensayos clínicos más baratos fuera de EEUU y Europa Occidental. Además, estos ensayos permiten generar información más útil de cara a la aceptación de los nuevos fármacos por las autoridades competentes, dada la menor supervisión a la que están sometidos en estos espacios más vírgenes (por ejemplo no están obligados a la publicación de los resultados de los mismos).
Al menos esto es lo que publican en un extenso artículo en Vanity Fair...
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