Pero siempre resulta enriquecedor abrir la mirada hacia nuevos horizontes, y en concreto el contexto latinoamericano suele aportar perspectivas interesantes. A partir de un exploración sobre el abordaje de los activos en salud en América Latina junto con Mariano Hernán y Patricia Pérez, esta última nos acercó a experiencias de diferentes territorios del continente, pero una de ellas me llamó especialmente la atención. Además, hemos tenido la suerte de que en este año hayan publicado un material sistematizando su propuesta de trabajo: "Activación Comunitaria desde sus recursos. Un enfoque participativo". Se trata de un documento sencillo pero muy trabajado y bien explicado, que pone de relieve algunas de las características que me parecen más innovadoras de su planteamiento.
En primer lugar, sitúan todo el trabajo en relación con procesos de construcción de la identidad comunitaria. Parten de una mirada hacia el pasado que permita recuperar elementos, personas y acontecimientos clave para poder entender mejor así la realidad presente y proyectar un horizonte futuro hacia el que se quiera avanzar. Esto permite enraizar y dar sentido colectivo e histórico a los diferentes proyectos que se puedan ir poniendo en marcha a lo largo del proceso.
Por otro lado, se distingue de manera clara el papel que pueden tener como facilitadores quienes ponen en marcha un proceso de este tipo, del protagonismo que deben ir asumiendo los miembros de la comunidad como parte esencial de estos procesos, con una función de conectores (de hecho se les nombra así, y no como promotores o agentes, como se hace en otros proyectos, lo cual creo que es un acierto, porque clarifica lo esencial de su tarea). Y es que la apuesta central de este modelo, concretada en los diferentes pasos que proponen en su sistematización, es la de generar encuentros, conexiones y diálogos, así como prácticas que permitan experimentar a los miembros de la comunidad sus capacidades para así poder fortalecerlas y potenciarlas colectivamente. Por eso, por ejemplo, inciden en la importancia de reflexionar bien sobre qué acciones pueden desarrollarse con éxito, aunque sean en un primer momento pequeñas, pero que permitan ir poniendo en marcha una dinámica participativa que se apoye en la confianza y reconocimiento mutuo del potencial que se tiene dentro de la comunidad.
Una propuesta interesante, en definitiva, y que puede enriquecer todo el trabajo que acá andamos haciendo sobre activos en salud y salutogénesis en el ámbito comunitario español. ¿Nos ponemos a ello?