11 nov 2012

Cambiando de modelo, ¿Por qué no? (y VII): Perdiendo el paso

Está visto que a veces las crisis sirven para poner en cuestión un modelo, y otras veces para reforzarlo. Así ha pasado en tantas ocasiones con crisis que han servido para afianzar el sistema capitalista, y así parece que está pasando de nuevo con la crisis actual del sistema sanitario, fomentada desde fuera, con la excusa del "no hay dinero", mientras se ponen todos los recursos en manos privadas (que no creo yo que estarían muy interesadas si de verdad no hubiera dinero).

Digo esto porque, de las muchas reivindicaciones históricas desde la medicina de familia y desde otros muchos ámbitos, una fundamental ha sido la de escapar del modelo "hospitalocentrista", tan dependiente de la tecnología y la farmacia, para desarrollar más una atención primaria que sea más resolutiva, cercana y promotora de la salud de la ciudadanía.

Y, sin embargo, cada día queda más claro que el "poder sanitario" (con toda la movilización que conlleva) están en los hospitales, que siguen siendo vendidos como centro y símbolo del sistema.

Está claro que de la manera en que se está haciendo, y en beneficio de meros intereses financieros, hay que oponerse a estas medidas. Pero, ¿para cuándo nos atreveremos a hincarle el diente a este asunto de verdad?

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Este artículo pertenece a la serie "Cambiando de modelo, ¿Por qué no?":

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