23 sept 2025

Cuentos para entender las cuentas

Hace ya unos años escuché a Pedro Cabrera, una de las personas que más ha investigado sobre sinhogarismo en España, terminar una presentación de todos los datos recopilados sobre personas en situación de calle diciendo: "nos sabemos las cuentas, pero nos faltan los cuentos". Y es que cuando se acumulan las cifras, los porcentajes, pero no escuchamos a quienes están detrás de esos números, perdemos no solo la experiencia personal, sino el sentido y el significado que a esta le da el ser humano que la vive. 

Esta frase me viene muchas veces a la cabeza mientras intento navegar en la consulta entre datos de analíticas, reseñas de síntomas diversos, exploraciones físicas, informes radiológicos, etc. Datos y más datos que se acumulan en lo que llamamos, curiosamente, "historia clínica", pero cuya parte narrativa parece siempre amputada.

Ya he escrito sobre esto en entradas anteriores. Pero leyendo el libro de Medicina Narrativa, de Paula Jofré y colaboradores, vuelvo a subrayar elementos importantes que me empujan a retomar el tema: 

"Narrar es, principalmente, ordenar en el tiempo, para que cada una de las partes del relato adquiera significado en relación a las demás. La narración es esencial al ser humano, porque el mundo en sí mismo está en desorden. Aprendemos a crear orden cuando comenzamos a escuchar y contar historias. Las historias ordenan las sucesos en el tiempo y el espacio y la enfermedad produce desorden, irrumpe en la vida y, por eso, es preciso traducirla en una historia para crear un nuevo orden donde encuentre un lugar."

Narrar para ordenar, para unir fragmentos que por si solos es difícil entender, para dar sentido frente a la deriva desordenada... No es poca cosa, no. Y tampoco es una tarea de una sola persona. Es importante generar las condiciones para que quien viene a la consulta pueda contar, expresarse, ser escuchada. Pero no olvidemos que esa persona no está sola, que en la escena hay más agentes que intervienen, y que las diferentes perspectivas enriquecen el relato y la comprensión de lo que allí ocurre.

"Cada situación de enfermedad o episodio de encuentro médico-paciente es relatado y se replica en múltiples ocasiones: el que cuenta el paciente, el escrito por el médico que lo escuchó, los comentarios de los demás profesionales intervinientes y los comentarios o interpretaciones de otros participantes del cuidado del paciente. Cada una de estas narraciones representará un punto de vista singular. A pesar de la gran variedad textual, esa narración final en conjunto representará la historia desde la perspectiva de muchas voces. Sin embargo, el evento central y organizador de ese relato aparece cuando la persona con la enfermedad cuenta su historia desde sí misma y su contexto y existe alguien capaz de recibir e interpretar esa historia completa."

¿Y cuáles son las claves para ser capaces de recibir estas historias?

"(Rita Charon, referente de la Medicina Basada en la Narrativa) Identifica tres movimientos en la MBN que ocurren al mismo tiempo: atención, representación y afiliación. La atención se refiere a la capacidad de absorber lo que se pueda aprender de la situación personal del paciente, considerando lo que transmite en palabras, silencios y actitudes físicas. Requiere ponerse a disposición del paciente, dejando de lado los problemas propios. La representación es representar en lenguaje lo percibido. Mediante la representación se comprende lo experimentado. Al escribir, dibujar, pintar lo percibido y al leer lo escrito, analizar lo dibujado o pintado, etc., lo inmaterial se transforma en material. Se produce una espiral en que la atención y la representación se alimentan entre ellas, llegando a producir la afiliación, es decir, la conexión del médico con el paciente, del médico con otros profesionales de la salud, de otros profesionales con el paciente, y así entre todos los que participan del acto narrativo."

Como se ve, el proceso de construcción y recopilación de historias en realidad tiene más que ver con abrir puertas y ventanas para generar una dinámica que moviliza diferentes elementos, que mueve, remueve y conmueve. No se trata solo de escuchar, sino de integrar lo recibido y generar conexiones y vínculos a partir de ello. Por eso me parece importante recuperar la propuesta que se hace desde la MBN de que desde el ámbito profesional expresemos y narremos, lo que Rita Charon aterriza en la propuesta de las "fichas paralelas".

"Cada día escribe en las historias del hospital sobre cada uno de tus pacientes. Sabes exactamente qué escribir y la forma en que debes escribir. Escribe acerca de la queja actual del paciente, los resultados de la exploración física, resultados de laboratorio, hallazgos, opiniones de consultores y el plan. Si el paciente que está muriendo de cáncer de próstata te recuerda a tu abuelo, que murió de esa enfermedad el verano pasado, y cada vez que entras en la habitación del paciente te lamentas por tu abuelo, no puedes escribirlo en la historia del hospital. No te dejaremos. Y sin embargo, tiene que escribirse en algún sitio. Escríbelo en la historia paralela. Solo cuando escribes sabes lo que piensas. Y no hay manera de saber lo que piensas, o incluso lo que experimentas, sin dejar que tus pensamientos logren el estado del lenguaje."

A lo largo de los años, he ido escribiendo algunos textos que entiendo que conectan con esta propuesta de las "fichas paralelas". Es un ejercicio liberador y clarificador al mismo tiempo. Así que a ver si consigo retomar de manera más constante...

Acá van algunos por si alguien quiere curiosear:




 

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