18 dic 2022

Nos la jugamos en los mínimos (detalles sobre Atención Primaria)

Algunas reflexiones que surgen
tras el diálogo entre profesionales sanitarios de Vallecas
en una de las Noches Blancas
convocadas el pasado jueves 15 de diciembre


Al escribir estas líneas, la huelga de médicos de Atención Primaria en Madrid termina su cuarta semana. Comenzó el 21 de noviembre, anunciándose como una huelga indefinida, y día a día se va confirmando esta indefinición, entre el menosprecio y ninguneo de parte del gobierno autonómico y la frustración acumulada en profesionales que sentimos que ya no podemos más, tras años y años desbordadas de trabajo y engaños por parte de la administración.

Las dudas en cuanto a la duración de la huelga se van acompañando de otras en cuanto a la gestión del día a día. ¿Qué entra y qué no entra dentro de los servicios mínimos? ¿Qué situaciones hay que seguir atendiendo y de qué manera? ¿Qué es lo que puede esperar y lo que no?

Pero al mismo tiempo la realidad cotidiana va dando respuestas, quizás no de lo que debería ser, pero si de lo que es la Atención Primaria a día de hoy. Así, las consultas que se abren para cubrir los servicios mínimos no paran de recibir solicitudes de bajas laborales, informes médicos y recetas. Cuadros gripales y gastroenteritis que se pueden manejar en casa pero que necesitan del sello médico para poder justificar su ausencia en el trabajo, o del paracetamol que no les venden a un precio razonable en la farmacia sin receta médica. ¿Esos son los servicios mínimos que debe asegurar la Atención Primaria? ¿O es más bien una muestra de que ha sido reducida a su mínima expresión?

Estamos en huelga, aseguramos servicios mínimos y... resulta que estos son los que tienen que ver con el sistema productivo, con el trabajo en sus diferentes variantes y la venta de medicamentos.

¿Y las actividades de cuidado de la salud, más allá de las emergencias vitales? ¿Esas pueden esperar el tiempo que haga falta?

¿Y el trabajo de prevención y promoción de la salud? ¿Es algo decorativo, algo que solo se aborda después de haber resuelto "lo importante"?

¿Y el encuentro y conocimiento de la comunidad, del territorio en el que se trabaja? ¿Acaso no es esencial para poder dar respuestas adecuadas a sus necesidades?

¿Y el trabajo en equipo entre diferentes profesionales que forman parte de cada centro de salud? ¿No es algo a promover de forma continua para poder aprovechar las capacidades de cada cual y afrontar conjuntamente y de manera más efectiva la responsabilidad global que se tiene en relación a la salud de la población?

¿Y la formación? ¿Es algo que puede posponerse de manera continua o arrinconarse en los ratos voluntarios que cada cual pueda sacar de su tiempo libre?

Cuestiones esenciales que desaparecen, que se hacen invisibles, de las que desde hace tiempo se habla, sí, se sigue hablando, pero cada vez se parecen más a los gamusinos... ¿son realmente posibles de ver? Año a año, desde hace ya demasiado tiempo, la Atención Primaria ha ido perdiendo pie, ahogada entre la falta de recursos y la pérdida de foco sobre qué es y cuáles son sus claves de trabajo. Los profesionales se han ido viendo cada vez más atrapados en consultas con un enfoque que difícilmente va más a allá de lo individual y concreto, sin posibilidad de mirar a la calle, de conocer el territorio y entender cómo viven las personas a las que atienden, viendo como cada vez más la agenda se llena de papeleos varios que poco tienen que ver con el trabajo clínico para el que se formaron.

Y es que la Atención Primaria lleva ya mucho tiempo en mínimos... Tanto que el llamamiento a defenderla que se hace desde hace años quizás ya haya perdido pie también, dado el destrozo que ha sufrido. ¿Qué queda en pie de la propuesta original de este modelo? ¿O más bien hay que construir de nuevo? Porque al mismo tiempo no podemos abandonar, ya que es mucho, demasiado, lo que está en juego en un momento en el que la Atención Primara es más necesaria que nunca. Si es el sistema que ha demostrado aportar más eficacia y equidad en salud, ¿no es especialmente importante en estos momentos de crisis persistente y aumento de las desigualdades sociales?

A veces el lenguaje nos engaña, y nombramos lo contrario de lo que experimentamos. Por ejemplo, en estos días se han convocado noches en blanco en algunos centros de salud, y se han nombrado como encierros. Sin embargo, estas noches han sido más bien espacios y momentos de apertura, tiempos en los que se ha podido generar un diálogo abierto con el vecindario y un encuentro en clave de reflexión y apoyo mutuo entre profesionales. Encierros que abren...

Quizás con la Atención Primaria nos pase lo mismo. Quizás estemos asumiendo como servicios mínimos elementos que deberían poder resolverse de otras maneras o en otros espacios y no situarse en el centro de las consultas. Quizás esto nos ayude a ver mejor las cuestiones invisibilizadas que en realidad no pueden esperar más y que son los auténticos mínimos que deberíamos respetar siempre, al ser elementos vitales que no pueden abordarse como deberían en ningún otro espacio. Quizás estos mínimos nos ayuden a identificar cómo construir una Atención Primaria futura que pueda dar el máximo de sí misma en términos de salud, cuidados y equidad.

Lo mínimo es que las personas con enfermedades crónicas y con mayor vulnerabilidad puedan tener un seguimiento global que responda a sus necesidades.

Lo mínimo es que se trabaje de manera prioritaria para facilitar el acceso y la atención adecuada a quienes sufren mayores desigualdades, ya que estas repercuten en su salud al mismo tiempo que habitualmente reciben peores servicios y cuidados.

Lo mínimo es que se desarrollen acciones con el vecindario y con otros agentes comunitarios para investigar y desarrollar líneas permanentes de trabajo. Solo así se podrán conocer y potenciar los activos en salud existentes para responder a las necesidades concretas que se vayan identificando.

Lo mínimo es que se promuevan condiciones y herramientas para facilitar el trabajo en equipo entre diferentes perfiles profesionales, identificando las barreras que las dificultan y buscando la manera de poder desarrollar acciones conjuntas, coordinadas y efectivas.

Lo mínimo es que haya tiempos y espacios para la formación continua por parte de todos los perfiles profesionales del equipo, de manera que puedan actualizar y desarrollar al máximo sus capacidades individuales y de trabajo colectivo.

Es lo mínimo, ¿no lo ves? Y la Atención Primaria no puede demorar más estas cuestiones.

Terminamos la cuarta semana de huelga. Una huelga de médicas y médicos, pero que puede ayudar a poner sobre la mesa elementos que señalan al conjunto de la Atención Primaria. ¿Cómo y cuándo va a terminar? No se sabe. Pero si con esta huelga solo ganamos las médicas/os, habremos perdido una oportunidad clave para la Atención Primaria entendida de una manera global. Porque tener suficiente tiempo para poder escuchar y atender cada consulta es fundamental, pero también se necesita tiempo fuera de estas para el trabajo en equipo y con la comunidad, para la formación continuar, para poder hacer real un modelo de atención integral, accesible, longitudinal y coordinada. O lo construimos entre todas y todos, o nos quedaremos en un modelo de mera gestión de la demanda individual.

Como comentaba una compañera médica hace unos días, esta huelga puede ser un trampolín si conseguimos que sea el comienzo de una dinámica más grande y más a largo plazo. Una dinámica en la que nos encontremos médicas, enfermeras, administrativas, fisioterapeutas, trabajadoras sociales, vecinas y vecinos.

¿Cómo dar el salto? No lo sé. Quizás haya que seguir encerrándose para abrir, observando lo invisibilizado, buscando los mínimos que nos lleven a lo máximo... Sigamos con ello.

P.D. ¿Os imagináis si le diéramos una vuelta a la huelga y en vez de servicios mínimos llenos de recetas y bajas hiciéramos "huelga de celo" para recuperar el terreno perdido en estos aspectos que nunca nos da tiempo a abordar de manera adecuada? ¿Y si dedicáramos el tiempo liberado por la protesta a visitar más regularmente a domicilio a pacientes inmovilizados, a revisar y organizar el seguimiento de pacientes crónicos, a encontrarnos con las asociaciones vecinales y también con las realidades más excluidas de la comunidad, a tiempos de construcción de equipo? A hacer Atención Primaria, vaya...

6 comentarios:

  1. Sara Solano19/12/22, 7:01

    Muy buena reflexión Dani, nos hemos habituado, desgraciadamente, a este deterioro... Gota a gota, se ha sido bajando el nivel de lo que esperamos, como sociedad, de ella. Y es triste. Gracias por pelear lo de todas!

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  2. Excelente reflexión. A por ello..

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  3. Magnífica reflexión. Es urgente parar y dejar de normalizar lo inaceptable. Si nuestro sueño es atender de forma integral, hagámoslo. Quizá cada día debamos acudir al juzgado o comisaría al salir del trabajo, con el listado de pacientes que no han podido ser atendidos( enviando el mismo listado al responsable de gerencia) Diría incluso de organizarnos con ciudadanía para tener su apoyo.

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  4. Interesante reflexión, pero quizá la huelga debería haber sido de TODA LA ATENCIÓN PRIMARIA, no solo médica… que conste que estoy siguiendo la huelga, pero se ha parcializado , la AP somos médicos, enfermeras, administrativos, celadores, matronas, fisioterapeutas, trabajadores sociales.. un EQUIPO , y ya se sabe que la unión hace la fuerza, se ha planteado mal desde el inicio..

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  5. Muy buen día vecinas sanitarias.
    Que bonita reflexión.
    Que bonito es salir de la consulta, del otro lado del ordenador y de la mesa y escuchar y ver a la Comunidad.
    Que bonito sería hacer los contratos programa de cada año, consensuados con nuestra Comunidad, escuchando sus propuestas, que entre todas sintamos desde la co-gestion, que tenemos que ver cómo encarar la salud del cuidado al cuidador y compartir nuestras frustraciones vocacionales con nuestros pacientes.
    Porqué programas de Crónicos?
    !Que horror!, Que fracaso preventivo.
    Porqué nos Cronificamos?
    Porqué no de Prevencion?
    Porqué no como pacientes que somos, no compartimos con ellos como queremos ganar todos en Salud?
    Como ciudadanos que somos, con participación ciudadana, la responsabilidad es compartida, desaparecen los dos lados de la mesa de nuestra consulta y crecemos todos.
    Gracias a las noches blancas , en formato Consejos de Salud, Paritarios y Vinculantes, podremos construir Salud, cuando también nos jubilemos.
    Invertír en salud es ganar todos cada día.

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  6. La Consejería tiene clara su meta. Eso le da consistencia y fuerza.
    Los profesionales de AP, con l@s médicos al frente y de la mano con la ciudadanía (su único aliado pragmático) necesitan esa meta sencilla, clara, rotunda y motivadora. Después organización y estratégias verosímiles a corto, medio y largo plazo. Más allá de mayo
    Abrazos
    Demetrio

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