8 oct 2021

El nudo que nos atrapa (Levantando la mirada II)

Andamos con la mirada baja, atrapada en el día a día, sin un horizonte claro. Atrapados. Entrampados. ¿Porqué? Razones hay muchas, seguro, pero a mi me resulta muy esclarecedor lo que señala Alessandro Baricco al final de su texto "Lo que estábamos buscando", señalando dos fuerzas opuestas y contrarias que generan un torbellino sordo en el que se sostiene el momento actual:

"La primera fuerza. El virus no es democrático. El virus fortalece a los poderosos, acaba con los pobres. El virus no hace caer la bolsa de valores, sino que devasta la economía informal. En presencia del virus los ricos también mueren, por supuesto, pero los que viven mal son sobre todo los pobres. Decenas de millones de personas están sufriendo un retroceso que los deja en manos de la beneficencia. El poder político ha regresado al centro del terreno de juego en un resurgir ultrarrápido que lo ha apartado de una agonía irreversible. Toda una élite intelectual ha vuelto a ser escuchada en lugar de permanecer archivada. La ira social se ha visto desactivada, confinada, silenciada. Así, la Pandemia acaba por afilar las garras de un poder que estaba perdiendo a su presa. Contiene una energía que tiende a detener los tiempos, a restaurar aquello que había decaído.

(...)

La segunda fuerza. Al mismo tiempo, el cambio de fase de la Pandemia le quita, por así decirlo, un latido a las pulsaciones del poder. Durante un largo tiempo, suspende la secuencia lógica que hacía que cualquier mundo diferente a este pareciera imposible, produciendo una apnea en el sistema. Rompe la cadena de lo inevitable y, al incluir experiencias inéditas, les devuelve a los humanos la capacidad de pensar lo impensable: no como un juego de la fantasía, sino como una técnica de Construcción, como una forma de racionalidad. Esto debe entenderse literalmente, y leerse a un nivel muy práctico: en la posible caída de muchas de las columnas que sostenían el sistema, se asoma la hipótesis de que un colapso controlado, seguido de una reconstrucción con técnicas antes impensables, es la única manera de detener la degeneración crónica de la construcción de nuestro edificio-mundo."

De repente se ha abierto un espacio, una pelea en marcha entre el viejo y el nuevo mundo, entre las certezas y la incertidumbre, entre lo establecido y lo imposible que, de repente, se ha mostrado real. Y en medio de este tira y afloja navegamos en círculos, sin encontrar la salida.

Quizás haya que zambullirse de pleno en la marea generada por estas dos fuerzas para así descubrir cómo poder coger el timón. Y quizás, bueno, no, seguro que la acción comunitaria nos puede dar claves para ello... ¿Alguna experiencia en este sentido?



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