22 ago 2023

Desigualdades, conocimiento, narrativas y acción (IV): condiciones para actuar

"Esfuérzate, hazlo lo mejor que puedas... ¿Que no puedes alcanzar a lo mejor la copa del árbol? Pues a lo mejor sí a las ramas, o al principio... o recoger las hojas".

Militante ATD Cuarto Mundo



En entradas anteriores de esta serie, nos asomamos lo que son las injusticias relativas al saber (aka epistémicas), vimos cómo estas aterrizan en las consultas sanitarias y empezamos a ver algunas claves para afrontarlas, fundamentalmente apostando por recuperar las narrativas como base para construir la historia propia y compartida. Queda un último paso, unas últimas preguntas a abordar, quizás las más complicadas: ¿Cómo actuamos, cómo pasamos a la acción para revertir estas injusticias y construir salud de manera más equitativa e integral? ¿Cuáles son las condiciones que nos permiten no quedarnos en la queja o lamento inmóvil y abrir caminos que nos puedan llevar a nuevos horizontes, tanto a nivel individual como colectivo?

Aquí, de primeras, propongo dar un salto. Quizás pueda parecer que pierdo el hilo, pero para mí tiene todo el sentido. Propongo saltar al mundo de la impro, del teatro de improvisación. ¿Pero esto de la medicina no tenía que ver con la ciencia seria, la evidencia y lo que se puede medir? ¿Qué puede aportar el teatro, y en concreto, la impro, en este campo? Veamos a ver...

Desde que comencé a ir a clases de impro hace unos años, encontré ahí muchas resonancias con lo que he vivido en las consultas, y he ido adquiriendo en ellas muchos aprendizajes y herramientas que creo que son realmente útiles. Sobre todo si hablamos, como se decía en la entrada anterior, de lo importante que son las narrativas y la construcción de un relato común entre profesional  y paciente, un relato que les sea útil de cara a entender cómo abordar de manera efectiva el cuidado de la salud y promover la capacidad creativa para afrontar la vida diaria. Algo parecido es lo que encuentras en la base de la impro: personas que se juntan para crear una historia común, sin más (y sin menos) que ellas mismas, con sus capacidades y limitaciones, alrededor de un punto de encuentro a partir del cual ir construyendo un camino compartido. 
  
Efectivamente, en las escenas de impro, como en la vida misma, cada actor o actriz desarrolla un papel que le sitúa y condiciona en relación a la historia. En la consulta ya hay roles que vienen predeterminados y que nos colocan en diferentes posiciones: está la persona que llega con un problema a resolver y la que le puede ayudar a encontrar una solución. Entender cuál es nuestro papel es fundamental, pero también tomarlo como un punto de partida para la construcción de una historia compartida. ¿Y cuáles son las condiciones que pueden ayudar a hacer avanzar conjuntamente la narración ? Es acá donde creo que podemos encontrar algunas claves útiles en la impro:
  • Aquí estoy, acá estás. Salir a escena (¿y que es la consulta sino un escenario íntimo?) sin saber lo que está por venir, con la única certeza de que nos la jugamos juntxs. Frente a la incertidumbre, la red que da seguridad no está construida solo por las propias capacidades, sino fundamentalmente en el vínculo que permite entrelazar lo que cada cual aportamos, gracias a una dinámica constante de...
  • Escuchar y actuar. La escucha es clave. Entender lo que la otra persona dice con sus palabras y con sus silencios, con lo que hace y lo que deja de lado. Pero esta escucha no se construye desde la barrera, a la espera del dejarse llevar, sino poniendo al mismo tiempo nuestro cuerpo y nuestra voz en acción, compartiendo y generando mientras nos dejamos empapar por lo que hay alrededor, en una dinámica de...
  • Entregar y acoger. Lo que cada persona aporta siembra posibilidades que es importante saber aprovechar. Los frutos de este trabajo conjunto no surgen de la nada, sino de semillas concretas para las que preparamos un terreno común fértil, en una apuesta constante por sumar aceptando el...
  • "Sí, y también...". Todo lo recibido puede aportar, abrir vías, descubrir nuevos caminos. Lo importante no es quien tiene la razón, ya que entonces alguien gana y alguien pierde, sino cómo encontrarnos en torno a una historia común con la que avanzamos todxs. Negar lo que la otra persona aporta supone gastar energías que distancian y no construyen, que paralizan el paso. Y decir "sí" no es renunciar a la crítica o la propia visión, sino buscar un punto de apoyo que nos permita avanzar conjuntamente, aportando también de nuestra propia cosecha un "y también..." que nos permita introducir nuestra perspectiva, sin que nadie se pierda en un juego continuo entre...
  • Conservar y explorar. El presente, el momento concreto, no se encuentra en el vacío, sino dentro de una trayectoria en la que algunas de las cosas, historias o emociones compartidas previamente puede convertirse en tesoros que nos ayuden a encontrar un sentido, un hacia donde seguir haciendo camino, transformándonos creativamente...
  • Nosotrxs y la historia. Este viaje compartido, esta narrativa que vamos construyendo, nos va cambiando al permitir que nos reconozcamos más allá de nuestras individualidades, en un nosotros que se va descubriendo a lo largo del proceso. 
Hacer impro no es hacer cualquier cosa, lo primero que se te ocurra. Es un ejercicio de creatividad y precisión en el que se debe prestar mucha atención a lo que está ocurriendo y al mismo tiempo cuidar y apostar al máximo por la persona con la que actuamos y por el nosotrxs que formamos. Por eso es tan importante escuchar; implicarse más allá de la palabra, con todo el cuerpo y su capacidad de acción; sumar energías y no gastarlas negando a la otra persona... Todo ello nos empuja en conjunto y empuja a buscar respuestas efectivas frente al problema o conflicto que trae la persona a la consulta.

Ciertamente, es un planteamiento bastante a contracorriente en relación a los enfoques sanitarios actuales. Supone reconocer y aceptar la diversidad de conocimientos y actitudes, y también asumir la incapacidad de controlar, de homogeneizar todo. Pero no solo eso. Implica dar un paso, asumir un compromiso con quien tenemos enfrente en un caminar compartido. Un caminar que cuanto más largo sea, más frutos dará, como señalan las investigaciones que muestran que las relaciones mantenidas a largo plazo en el ámbito sanitario han demostrado tener grandes efectos protectores frente a la enfermedad.

Por supuesto que hay otros condicionantes esenciales para poder actuar de manera efectiva. Un ejemplo es el apuntado anteriormente, el de la relación a largo plazo (muy condicionado por la estabilidad laboral de las y los profesionales), o el de tener suficiente tiempo en cada cita para que sea posible avanzar en esta línea de competir y crear conjuntamente. Pero también hay otras cuestiones que tienen que ver con las desigualdades de poder en la relación que se establece, y que es fundamental reconocer y abordar para que sea posible un trabajo conjunto, sobre todo con quienes sufren mayor discriminación. Algunas ideas en este sentido se identificaron como fruto del trabajo colectivo del proyecto Comunidades Activas en Salud. 




Como señala José Medina en sus trabajos, el reconocimiento de la diversidad de conocimientos y actitudes es lo que hace posible la fricción epistémica (entre saberes) que puede hacer saltar la chispa que abra a nuevos imaginarios, a nuevas formas de entender y hacer el mundo. Las actuaciones que pueden surgir de este modo tendrán efectos a nivel individual en quienes participan de esta historia compartida, pero también pueden influir a nivel colectivo, resonar en otros ámbitos y personas, producir un eco más allá de la consulta, al haber conseguido generar un significado "importante" para quienes han participado, que se recordará más allá del momento presente y que se puede querer compartir.

Y es que esto de liberar la palabra y la acción no debe quedarse en las consultas. También es importante hacerlo de manera más amplia, en procesos comunitarios que multipliquen la resonancia y las transformaciones. Yo tuve la suerte de formar parte del proyecto de Comunidades Activas en Salud durante los tres años que duró, tres años bien intensos y llenos de aprendizajes que tratamos de transformar en herramientas útiles, como la guía "Tejiendo Salud" y la exposición de foto-relatos "Desde otros focos". Entre estos materiales uno me parece especialmente útil en este sentido, una versión del Juego de la Oca de las realidades invisibilizadas, en el que cada jugador adopta un personaje en situación de pobreza y exclusión y experimenta las dificultades que estos y estas sufren en su día a día (al caer en una casilla te desahucian, en otra sufres discriminación por ser gitana, en otra te detienen por no tener papeles...).

Este juego lo llevamos a diferentes espacios, tanto vecinales como profesionales, y sus efectos nos impactaron, la verdad. Por ejemplo el chico de 16 años que nos comentaba "ahora entiendo que no tengo que avergonzarme porque nos echaran de nuestra casa, que la culpa no era nuestra, que es el sistema que funciona así"; o la mujer gitana que presentó el juego en un centro de salud y pudo explicar gracias a él la violencia institucional que sufrían quienes cobraban una Renta Mínima; o el grupo de mujeres de Cañada Real que, aún sin haber participado en la elaboración del juego, se sentían reconocidas y se apoyaban en él para explicar a profesionales de su hospital de referencia las dificultades de su vida diaria.

Y es que las historias son importantes. Pero lo más importante es lo que hacemos con ellas, y cómo en ese actuar nos vamos enredando, uniendo, encontrando un horizonte común. Como decía Jesús, uno de los participantes en Comunidades Activas en Salud, al final del primer año del proyecto: 

“Para los que nos consideramos en esta situación hemos ganado el no estar solos en una lucha que nos afecta. Y conseguir unos lazos de confianza que hemos abierto. Hemos roto muchas barreras entre nosotros, tanto personales como profesionales. Y poder contar nuestras historias nos ha aportado mucha riqueza, ver que puedo expresarme y que puedo confiar. (...) Ver que la preocupación común está ahí, que nos preocupa a todos, que todos hemos participado, todos hemos manifestado esa inquietud que tenemos. Nos ha llamado a unirnos en un propósito que nos afecta a todos.”

Materiales de referencia:

Del salto al vuelo. Omar Argentino Galván.
Tejiendo Salud. Madrid Salud
- Desde otros focos. Madrid Salud

1 comentario:

  1. Thank you for consistently delivering content that resonates with me.

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