20 nov 2010

Desigualdades y (Pro)vocación... El poder

Quizás este campo sea una de las claves en cuanto a las relaciones de desigualdad, y que más distorsionan la atención a personas que viven en situación de dificultad social.


Pero, ¿en qué consiste este poder? ¿Cómo se constituye? En este sentido creo que es bastante ilustrativo seguir los pasos de Pablo Población que, frente a la clásica visión del poder como opresión ejercida por el que está en situación ventajosa, ofrece una visión que me parece más completa, y que en el caso concreto que nos ocupa se podría ejemplificar de la siguiente manera:
  • El Poder de Arriba: El que nos resulta más fácil de identificar a primera vista, y que podríamos reconocer en el profesional o dispensador de la atención, y que en el caso de la atención sanitaria implica la capacidad de definir qué es lo bueno y qué es lo malo, qué es lo saludable y qué lo enfermo; exigir y/o controlar que la conducta se adecúe a estos parámetros y actuar en consecuencia si esto no se consigue. Ejemplos en este sentido hay muchos, pero uno especialmente claro y doloroso en el caso de las familias en situación de pobreza es el de la amenaza de retirar la tutela de los hijos si no se siguen las normas consideradas "mínimas" para ellos. Ahí van tres testimonios que reflejan tres casos diferentes y las consecuencias que puede tener el utilizar este arma, supuestamente en beneficio del menor, finalmente en perjuicio de este y de su familia.
    • "Carola llevó a su hija que se había caído y roto el brazo. Ahí le pusieron una escayola a la niña, pero también amenazaron a Carola con quitarle la niña si se le pasaba algo de nuevo. Total que no ha vuelto al hospital y le ha quitado ella misma la escayola." 
    • "Cuando nos dimos cuenta de que Juan tenía granos de varicela, le propusimos a su madre que fuera al médico. Pero la abuela dijo que no, porque les iban a quitar el bebé"
    • "Maruja llevó a su bebe de pequeño al pediatra. Éste le dijo que el niño estaba desnutrido y que si seguía así la próxima visita, avisaría a la asistenta social. Maruja no volvió a llevarlo, por miedo a que le quitaran su hijo"
  • El Poder de Abajo: también desde una posición desfavorable se puede ejercer el poder, no se está en la impotencia, ni mucho menos. Lo único es que están a mano otras herramientas, como el tratar de movilizar sentimientos, generar compasión, amenazar con situaciones dramáticas, apelar a la responsabilidad de la otra persona... Una muestra de que este poder es real se manifiesta en la reacción que despierta frecuentemente en el que atiende, que se refugia en la distancia profesional o en las normas para no dejarse llevar por la emoción y no dar más de lo estrictamente necesario. 


Este juego de poder tiene unas consecuencias claras. Quizás la principal entre ellas sea cómo afecta a la capacidad de la persona en situación de pobreza y/o exclusión social para decidir de manera autónoma sobre su propia vida y la de los suyos. ¿Porqué se da esto? De nuevo volvemos a necesitar diferenciar distintos aspectos del poder:

o   Poder sobre, entendido como el que se ejerce sobre otro(s) para conseguir que actúen como deseamos. En este sentido, las personas que viven en la pobreza ven como desde esta dimensión del poder se incide de manera especial en ellos. Por un lado porque al ser considerad@s como población en riesgo, la consecuencia clara es que hay que vigilarlos e incluso actuar mediante la fuerza si es preciso (retirada de l@s niñ@s, por ejemplo); por otro, porque al recibir ayudas de distinto tipo estas suelen venir condicionadas: para seguir recibiendolas hay que cumplir unas normas, unas más “evidentes” para el resto de la población (llevar a l@s niñ@s al colegio), otras más “fuertes” si las pensamos en profundidad (se termina imponiendo una planificación familiar "casi" obligatoria, remarcando a la mujer que "tú no puedes tener ya más hijos, ya tienes demasiados")

o   Poder para, relacionado con las capacidades, con el enfrentarse con garantías a los retos que se vayan presentando. En este caso, esta dimensión del poder se ve afectada por las dificultades materiales concretas, por el continuo señalamiento como incapaces, el subrayado que se realiza sobre sus fallos y sus errores, marcándoles como los culpables de la situación que viven. Así, su vida se construye frente al sentimiento de humillación, de ser diferente, con límites muy claros frente a "los normales", aunque al mismo tiempo se les pide que se comporten como éstos. 

Poder, ser capaces, disponer de espacio y tiempo, de fuerzas, de apoyos, liberarse de presiones...

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