5 oct 2015

Participación y Salud (I) ¿De qué va esto?

Muchas veces las cosas más valiosas llegan como de casualidad, no porque las hayas buscado sino por pequeños azares. Y cuando te sientas a reconocer lo que has encontrado, la sorpresa se alía con la incredulidad por la suerte del premio recibido sin haberlo merecido.

Esto, que se puede aplicar a varias dimensiones de la vida, ocurre también a veces con pequeños textos o aportaciones que sin esperarlo aportan claves importantes para el campo de trabajo en el que cada un@ estamos inmersos. Y es precisamente lo que me ha ocurrido a mí con el documento Petite Guide de la Participation en santé de proximité, una recopilación sencilla pero muy bien organizada de claves fundamentales para abordar la cuestión de la participación en proyectos de salud desde las distancias cortas que permite el trabajo a pie de calle o en consultas integradas en los barrios. Tan interesante me ha parecido que quiero ir compartiendo algunas de las claves que aportan en diferentes posts que iré complementando con reflexiones personales a partir de mi experiencia. 

Antes que nada, hay que partir de la definición del campo de juego: ¿Qué es eso de la participación en salud? Porque puede haber diferentes modelos y posibilidades. Me parece interesante la distinción que hacen en el documento de dos de estos modelos:
  • Democracia sanitaria: su objetivo es hacer participar a los pacientes junto a profesionales y colectivos locales en la mejora del sistema sanitario.
  • Salud Comunitaria y empoderamiento: cuando los miembros de un colectivo geográfico o social actúan colectivamente en todas las etapas sobre cuestiones de salud: identificación de necesidades, desarrollo, puesta en marcha del proyecto y evaluación.
Aunque de primeras pueda parecer que no hay tantas diferencias entre ambos modelos, en la práctica enseguida aparecen. En el primero, las prioridades son puestas sobre la mesa por los "gestores del sistema", y la participación de los pacientes/usuarios tiene un caracter eminentemente consultivo, que no deja espacio a la transformación de las estructuras y, especialmente, a las relaciones de poder integradas en ellas. Lo malo es que muchas veces, cuando se está dentro del sistema, es difícil darnos cuenta de que nuestras preguntas a resolver, por muy evidente que nos parezca su importancia, no tienen que ser las cuestiones claves para las personas que acuden a las consultas.

En el segundo modelo la participación se juega en clave de favorecer la expresión libre de los diferentes grupos y personas participantes, buscando el establecimiento de un diálogo más horizontal que el del modelo consultivo. Pero esto no es posible sin poner en jaque justamente estas relaciones de poder establecidas entre profesionales y usuarios/ciudadanos, lo que obliga a un reconocimiento y trabajo sobre las mismas por parte de todos los actores implicados

¿Cuando hablamos de participación en salud, qué modelo es el que estamos pensando? ¿Qué queremos lograr con esta participación? ¿Quién queremos que participe? ¿De qué manera fomentarla? 

Estas son las cuestiones clave para ir aterrizando el tema. Poco a poco iremos viendo y revisando algunos puntos importantes.   

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Este artículo pertenece a la serie Participación y Salud:

 

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