Hace ya unos años escuché a Pedro Cabrera, una de las personas que más ha investigado sobre sinhogarismo en España, terminar una presentación de todos los datos recopilados sobre personas en situación de calle diciendo:
"nos sabemos las cuentas, pero nos faltan los cuentos". Y es que cuando se acumulan las cifras, los porcentajes, pero no escuchamos a quienes están detrás de esos números, perdemos no solo la experiencia personal, sino el sentido y el significado que a esta le da el ser humano que la vive.
Esta frase me viene muchas veces a la cabeza mientras intento navegar en la consulta entre datos de analíticas, reseñas de síntomas diversos, exploraciones físicas, informes radiológicos, etc. Datos y más datos que se acumulan en lo que llamamos, curiosamente, "historia clínica", pero cuya parte narrativa parece siempre amputada.